El 7 de
marzo 2017 he tenido la oportunidad de asistir a las clases de mi compañera
Raquel que imparte geografía e historia en francés en el IES Martínez Uribarri
en Salamanca.
Este
instituto es el único centro bilingüe francés español de nuestra provincia.
Ya
conocía “físicamente” el centro por haber trabajado allí y fue muy agradable
poder encontrarme con antiguos “collègues”.
En
cuanto a las clases lo que me llamó la atención es que Raquel se hace sus
propios “manuales”. Eso le supone un
gran trabajo pero también le asegura que este
material se adapta perfectamente a las necesidades de sus alumnos. Se
puede destacar también la gran variedad de soportes que utiliza.
Su
objetivo siempre es doble, por una parte que sus alumnos adquieran conocimientos
precisos relativos a la asignatura y por otra que incrementen su conocimiento
de la lengua francesa.
Hace
hincapié en los contenidos pero también por ejemplo en la importancia de la
corrección ortográfica a la hora de escribir en francés.
Por
otro lado la presencia de un lector nativo en sus clases asegura el contacto
directo y permanente con la lengua francesa.
Quiero
subrayar que la aportación de los lectores para este tipo de enseñanza me parece
fundamental.
Este ha
sido mi 2º y último día de observación. Esta experiencia me ha hecho retroceder
en el tiempo a la época ya muy remota en la que joven “professeur certifiée”
asistía a las clases de mi profesor tutor en Limoges e intentaba aprender de él
cómo dar clases.
Creo
que es un buen ejercicio, tanto ser observado como observar ya que nos hace
reflexionar sobre nuestra práctica docente y nos impulsa a hacer mejor nuestro
trabajo.
Por Begoña Díaz García, profesora experta del IES Vaguada de Palma
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